—Maestro —le dijo un experto en la ley religiosa—, nos has insultado a nosotros también con lo que has dicho.
Lucas 11:45 NLT
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Muchos pueden sentir que les insultamos cuando nos atrevemos a confrontarles con el pecado, pero no podemos disculparnos por ello, pues estar comprometidos con la verdad hace que no ignoremos el pecado; eso sí, debemos atacar el pecado y no al pecador, y hacerlo con un espíritu restaurador y misericordioso, no como jueces procurando la condenación y el castigo; es bueno no olvidar que ninguno de nosotros es libre de tirar la primera piedra.
© David García Licona – Julio 2014
Más dulces que la miel 