¡No basta ser feroz!

“El feroz león morirá de hambre por falta de presa,…

Job 4:11a NLT

__________________________________________________________________

Nuestro éxito no está garantizado por tener más poder, ser más inteligentes o astuto; tener mayor prestigio o poseer más riqueza.

Es decir, no seremos victoriosos simplemente por ser más fuertes.

Todos necesitamos de los demás para poder triunfar; y es cuando negamos esa dependencia que nos volvemos frágiles.

Esta no es una dependencia negativa, en donde solo espero recibir sin ni siquiera esforzarme.

Es una dependencia en donde reconozco que si quiero triunfar, necesitaré recibir apoyo en aquello en que soy débil o no tengo la suficiente experiencia.

Pero lo más importante es que debo aprender a depender de Dios; para no morir de hambre, debo pedirle a Él que me provea la presa y no depender mi ferocidad.

Para tener éxito en el 2014, no basta con ser feroz, debo depender de Dios.

© David García Licona – Diciembre 2013 

Despreocúpese

«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.«

Filipenses 4:6-7 NTV

__________________________________________________________________

En estos tiempos violentos en que vivimos, hay dos áreas de nuestra vida que son fuertemente atacados por la angustia, la desesperanza, la impotencia y hasta incluso la ira; estas áreas son nuestro corazón y nuestra mente, o dicho de otra forma, nuestras emociones y nuestros pensamientos.

El ataque a nuestras emociones produce que vivamos preocupados por todo y por ende, deprimidos y desanimados; entre tanto, cuando nuestra mente es embestida, la negatividad y la desesperanza se apoderan de nuestro ser.

Pero Dios no quiere que vivamos preocupados; lo que Dios quiere es que reemplacemos la preocupación en nuestra vida con la oración, la dependencia en Él y el agradecimiento.

¿Ya presentó su problema delante de Dios en oración? ¿Ya le dijo a Dios que es lo que necesita? ¿Ya le dio gracias a Dios por todo lo que ha hecho en su vida?

Al hacer estas tres cosas podremos experimentar en nuestra vida Paz en medio de las circunstancias más adversas; esa paz solo Dios puede darla y protege nuestro corazón y nuestra mente.

© David García Licona – Septiembre 2013